Con los conquistadores también vinieron frailes, pertenecientes a órdenes religiosas, el llamado clero regular (porque seguía reglas más estrictas que las de los curas o clérigos): primero llegaron los franciscanos, después los dominicos y, por último, los Agustinos.
La acción evangelizadora de los franciscanos.
Los Franciscanos sostuvieron diálogos con los sabios indios en los que trataron de explicarles los principios del cristianismo y que el Papa los había enviado para convencerlos de que sus dioses eran falsos, creados por el demonio, ídolos de piedra y palo.
Los frailes y los pueblos indios.
Para mediados del siglo XVI, los frailes (franciscanos, dominicos y agustinos) se habían establecidos en los pueblos de los indios más importantes de la Nueva España. Su influencia en ellos era muy grande.
La iglesia novohispana
Durante las primeras décadas después de la Conquista, la Corona española dependió del clero regular, para obligar a los indios a abandonar su religión y adoptar el cristianismo. Los frailea aprendieron las lenguas de los indios, convivieron con ellos, compartieron sus carencias y trataron de defenderlos de los abusos de los españoles. Sus ideales eran compartidas por el virrey Mendoza e importantes personajes del gobierno.
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